Romanos 8:28 (RV 1960)
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Todos hemos tenido momentos en nuestras vidas cuando sucede algo inesperado, alterando mucha de la normalidad en nuestras vidas y nos preguntamos, ¿con que propósito?
Tal fue mi experiencia cuando a la edad de 29 años, preparándome para el ministerio, predicando cada domingo por la noche una seria exposicional sobre la Primera Epístola de Juan, que resulte con un tumor canceroso. “Dios, ¿con que propósito?” decía yo. ¿Quién iba a creer la bendición de tal dilema? Pero, dos meses después, me removieron el tumor. Ha resultado, muchas cosas cambiarían en mí vida. El resultado fue, un aumento de salario, un seguro médico completo y pude comenzar un plan de jubilación (el mismo que disfruto hasta el presente).
Tenemos que recordar que Dios es soberano y que todo sucede para que se cumplan Sus propósitos divinos.
Considere la cita de Romanos 8:28, y reconozca que, aunque se ha usado en muchas situaciones, ve lo valido en que la usemos hoy, en esta pandemia.
¿Qué dice la cita? Que se aplica a “los que aman a Dios” y los que “conforme a su propósito son llamados.” Se refiere a nosotros. Se refiere a usted, hombre de Dios y consiervo en el Evangelio.
“Todas las cosas les ayudan a bien…” Quiere decir que, en medio de esta agenda tan destructiva de Satanás, Dios quiere lograr el bien. Hay cosas positivas que están sucediendo, que son para bien.
Lo podemos ver en muchos ejemplos en la Biblia. Momentos como los que sufrió José, cuando lo maltrataron sus hermanos, fue vendido como esclavo a los Madianitas, luego sirve de esclavo a Potifar, es acusado falsamente de violación y luego pasa dos años en la cárcel. ¿Con que propósito? Para que llegase a ser el segundo en autoridad sobre Israel, en una sequía tan marcada, para luego traer a 70 miembros de su familia, a la tierra de Gosén, para que 430 años después llegasen a ser millones.
¿Qué han sido algunas cosas que he visto de bien en esta pandemia? Considere lo siguiente:
1. La unidad en la familia. Hay muchos padres que no habían pasado tanto tiempo con sus hijos, y ahora los han logrado con una muy buena excusa.
2. Muchos de nuestros miembros no habían valorizado el factor neotestamentario de la comunión de los santos. Con razón la exigencia de “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre.”
3. El alcance de la iglesia. No pudimos reunirnos en las instalaciones de la iglesia, forzándonos a tener que depender en la tecnología y en las redes sociales para nuestras reuniones y para la proclamación del Evangelio. Cuando antes no conocíamos el Zoom o el Messenger Chat, ahora mismo cumple lo inesperado. La oración de Jabes se cumple y Dios a “ensanchado nuestro territorio.” Personas dando testimonio, que están escuchando los servicios de nuestra iglesia en varios países, tal como México, Argentina, y la India. En una reunión donde el líder tenía sus reservas en el uso de Zoom, y por primera vez que usa Zoom, un varón de Virginia recibió a Cristo y en la misma noche un varón en México reconsagró su vida a Cristo.
4. La oración matutina de nuestra iglesia que entre semana atraía un promedio de 10 personas de lunes a viernes – ahora tiene un promedio de 50 personas participando de 6:00 A.M. -7:00 A.M. por Llamada de Conferencia.
La invitación a mis consiervos es, tome tiempo y enumere los bienes de dicha pandemia.
These words of encouragement come to you as a part of an initiative from the COVID-19 Task Force for church leaders to be “together for the unfinished task” during this time of uncertainty.