He sido un pastor, maestro y predicador por más de 60 años de congregaciones no muy grandes. Me gustan los grupos pequeños, pero eso de hablar a solas con una cámara de video nunca lo había imaginado. Pero aquí estamos. El coronavirus nos reta a predicar, enseñar y pastorear en línea.
Si usted no está en línea con frecuencia y no estás acostumbrado a predicar a una cámara, no dude en calentar primero, practicar y practicar hasta que se sienta cómodo. En otras palabras, es como patear la pelota al marco con la intensión de meter un buen gol antes del juego.
Resultado de algunas lecturas, video conferencias y de mi poca experiencia he coleccionado algunas ideas que quizás le pueden servir en su propio ministerio de predicación y enseñanza por video.
1. Predique de manera personal y natural tanto como sea posible. Sea usted mismo.
Vístase de manera apropiada (predicar en pijamas puede ser cómodo, pero no ofrece una buena imagen pastoral).
Una sonrisa natural y amistosa crea contacto personal.
Mantenga el contacto visual con la cámara. Si necesita usar notas que sean mínimas, lo mejor es mantener el contacto visual.
Busque un estilo de comunicación que sea menos formal y más conversacional.
Cuando cometa un error (y lo hará), no se preocupe, continúe como lo haría frente a la congregación.
Use ilustraciones, historias y humor para ayudar no solo a desarrollar la comprensión y la aplicación, sino también para ayudar al oyente a mantenerse atento, interesado y no desconectarse.
Recuerde: Su gente no espera la perfección. Ellos quieren escuchar y ver a su pastor y recibir la Palabra de Dios de usted. Eso es ser “relacional”.
2. Tenga en cuenta cómo la gente lo estará observando.
La predicación para el video es diferente de la predicación a una congregación en vivo; es más íntima e interpersonal. Mucha de su gente lo estará observando a solas en una computadora o dispositivo portátil. Algunos quizás se reúnan para mirarlo con sus familias o en un grupo pequeño.
Imagine que está hablando con una sola persona.
Use palabras como “hoy” en lugar de “esta mañana” o “esta tarde”.
Use la forma singular. Diga “usted” o “tu” y aplique su mensaje a una persona.
3. Predique en tiempo real, si es posible.
Si bien el tiempo o las restricciones tecnológicas pueden requerir que grabe previamente el mensaje, lo mejor es transmitir el mensaje en tiempo real. Yo estoy grabando el mensaje el jueves o viernes, pero lo lanzamos al aire hasta el domingo por la mañana. Estoy usando Facebook por no tener un sitio propio. El sábado o domingo muy temprano invito a mis hermanos para que se reúnan con su familia, oren juntos, canten y vean el mensaje. Les envío la ruta (link) para facilitarles las cosas.
Reduzca la extensión de su predicación a unos 15 a 20 minutos. Con los otros elementos del programa todo puede durar entre 35 a 40 minutos.
Algunos de sus hermanos quizás se conecten unos minutos después de la hora indicada. ¡Así somos! Anime la puntualidad. ¡Misión imposible!
4. Reconozca la situación actual, pero no se detenga en ella.
Sin duda, debemos continuar orando por la intervención de Dios en la pandemia de coronavirus cada semana. Sin embargo, los pastores, predicadores, maestros debemos traer una palabra que llame a nuestra gente a confiar en Dios frente a esta crisis. Nuestra gente está siendo bombardeada con mensajes sobre el coronavirus cada vez que miran su dispositivo electrónico; no necesitan más información, necesitan consolación, esperanza, confianza en Dios. Cuando usted habla, ellos quieren y necesitan escuchar una palabra de Dios que fortalezca su fe. ¡Predique la Palabra de Dios!
5. Presente el Evangelio y brinde oportunidades para que la gente responda.
Recuerde que los primeros y los últimos tres minutos de su mensaje son los más importantes y críticos. En los primeros tres la gente decide seguir viendo y escuchando (si no les interesa, “adiós y hasta luego”); en los últimos tres deben tomar una decisión en consecuencia con el mensaje.
Asegúrese de proclamar el Evangelio con claridad y proporcionar una forma para que las personas respondan y tomen decisiones o expresen si tienen preguntas o necesidades de oración. Simplemente ofrezca una dirección de correo electrónico o un número de teléfono para llamar. Por favor, que alguien responda inmediatamente.
Phillips Brooks, uno de los grandes predicadores del Siglo 19 y contemporáneo de Spurgeon (quien también escribió el canto “Oh aldehuela de Belén “) ofreció una de mis definiciones favoritas de predicación: “Predicar es la verdad a través del prisma de la personalidad”. Prepárese diligentemente. Pida la unción del Señor quédese bajo el control del Espíritu Santo y predique la Palabra con todo su ser.
Colega y compañero de tareas pastorales, con todo mi corazón le animo a hacer el mejor uso de la oportunidad que tenemos de predicar, enseñar y servir la Palabra de Dios a nuestra gente por video durante el distanciamiento social que el coronavirus nos impone en este momento. ¡Sea y permanezca fiel!