Hay innumerables formas de dejar una herencia tangible, entre ellos un regalo financiero, una valiosa reliquia o joya, fideicomisos o la propiedad de una casa o de un negocio. Sin embargo, dejar un legado que inspire a otras generaciones puede ser igual o de más valor duradero y útil. Hoy, usted puede planificar cuál será su legado.
Tal vez le ayude comenzar con la distinción entre una herencia y un legado. La herencia son los bienes y obligaciones que la persona deja a sus herederos. Puede ser rechazada o negociada por los que la reciben. Un legado tiene un alcance mucho más amplio, es también, la transmisión de su patrimonio interior, la herencia de valores fundamentales, creencias y experiencias de vida con la intención de inspirar a las futuras generaciones. En su caso, será a pastores y líderes que vienen a tomar su lugar en el campo de la siembra y la cosecha de discípulos seguidores de Jesucristo.
Planifique su legado
Mientras planifica su legado, las siguientes preguntas le pueden ayudar:
- ¿Qué valores y principios desea que se recuerden de usted? Eso implica que debe vivir todos los días por esos valores, cueste lo que cueste. Haga una lista de ellos, tres a cinco, serán suficientes. Un legado es una herencia emocional. Es una manera de estar presente para que sus valores no se desvanezcan cuando deje este mundo.
- ¿Qué lecciones de vida desea transmitir? Cuente algunas de sus “historias personales” para ilustrar sus valores y lecciones de vida. A las nuevas generaciones les gusta saber cómo usted resolvió algunos de los desafíos que ellos están enfrentando. Sea breve, claro y narrativo.
- ¿Qué errores ha cometido que desea que las futuras generaciones eviten? Ser honesto con sus relatos es el secreto. No exagere sus errores. No minimice el impacto de lo que hizo. Sólo diga la verdad como usted la vivió.
- ¿Qué tradiciones familiares y ministeriales desea transmitir? Usted ha vivido en el contexto de una familia, por lo tanto, sus padres, su esposa y sus hijos son parte de sus experiencias de vida. Recuérdelos al compartir con otros su valores y principios. En otra dimensión están sus experiencias como pastor y líder, entre otras cosas, así que cuente sobre su llamado al ministerio, su preparación bíblica y teológica, sus vivencias en los cambios como pastor de iglesias y lo que usted “recomienda” a la nueva generación.
La planificación del legado es algo muy personal
La planificación y transmisión del legado no es igual para todos. Es algo muy personal y usted debe decidir cómo desea hacerlo. Algunos prefieren escribir una carta en la cual comunican lo que desean que sus “herederos” conozcan. En su caso, las nuevas generaciones de pastores y líderes.
Puede ser que usted, además de expresar su legado en una carta descriptiva, desee incluir un video personal con una música o himno de fondo que tenga algún significado.
Otra idea es hacer un álbum de recortes de periódicos, revistas o fotografías con comentarios. De cualquier manera que lo haga, le sugerimos escribir los asuntos esenciales para no olvidar alguno que sea importante.
Los legados no se limitan a la familia o amigos. Lo cierto es que, un legado no se define por incluir a alguien de la línea sanguínea directa. Lo que se busca es compartir sus valores personales con los seres a quienes usted ama, tanto en su familia, como en su multifacético ministerio como pastor o líder.
Como usted no sabe cuándo es su último día, haga algo hoy
¿Recuerda el dicho, “No deje para mañana lo que puede hacer hoy”? Entonces, al terminar de leer este artículo es la hora para comenzar a pensar en su legado. Uno nunca sabe el día ni la hora cuando será llamado a la Patria Celestial para recibir el legado que Jesucristo nos asegura y que fue a preparar para nosotros (Juan 14:1-4). Así que, este es el momento de compartir el significado de su vida y lo que realmente ha sido y es importante para usted.
Mientras le llega su turno, que espero sea mucho después que el mío, aquí están unos asuntos de vital importancia para hacer un verdadero impacto con su legado. No podré mencionarlos en detalle, así que brevemente los compartiré, esperando que sean unas chispas que enciendan un fuego que usted pueda transmitir a otros.
Primero, viva y exprese su gratitud hacia todas las personas que de una manera u otra han contribuido en su vida. A su esposa, a sus hijos, a los líderes de las iglesias que ha servido y a los líderes de su comunidad. Llámelos personalmente, escríbales una tarjeta o nota personal y si sabe usar los medios sociales, aproveche. Sea y viva agradecido.
Segundo, viva su vida a plenitud. En lugar de lamentar los años que tiene, el pelo blanco o el que se ha caído, las arrugas y a veces los dolores de las rodillas y hombros; comience a hacer algo de ejercicio, muévase. Visite los lugares que siempre deseaba ver. Coma lo que le gusta, pero con moderación. Use los trajes, zapatos, corbatas y relojes que le han regalado en su cumpleaños, Navidad o aniversarios. Aprenda a usar la nueva tecnología y sus aplicaciones para tener otras vivencias y relaciones.
Tercero, manténgase en contacto con su red de relaciones familiares, amigos, pastores y líderes que ha conocido a lo largo de su vida y ministerio. Dígales lo mucho que agradece el apoyo que le han dado y comparta con amor y cariño sus vivencias y aprendizajes. Cada semana póngase en contacto con dos o tres nuevos pastores o líderes.
Cuarto, haga todo lo que pueda a favor de otros. En medio de la pandemia y todo el ruido de las manifestaciones a favor y en contra de todo, aproveche la oportunidad para hacer algo que pueda beneficiar a alguien que lo necesita. Puede ser que tiene muchas cosas que no ha usado y que están en buenas condiciones y que puede compartir con otros. Recuerde que compartir su pan y un vaso con agua con alguien nunca perderá su recompensa. Si Dios le ha provisto recursos financieros, incluya a alguna iglesia u organización que promueva el bienestar de otros.
Quinto, comparta a Jesucristo. Sin duda, una de las prioridades de la vida como pastor y líder: comparta a Jesucristo con el mayor número de personas que pueda. Busque formas creativas y novedosas de comunicar el evangelio a otros. Las personas que conozcan a Jesucristo y se vuelvan discípulos fieles y de calidad son el mejor legado que usted puede dejar al mundo y su mejor contribución al reino de Dios.
Que su legado inspire a otras generaciones de pastores y líderes, es mi deseo y es mi oración.